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Salvador Flores Durán/Buena Vista, San Juan Ñumi.- El dirigente de Antorcha Campesina en la Mixteca, Miguel Cruz José, afirmó que el gobierno del estado ya fue rebasado ante la gravedad del conflicto entre San Juan Mixtepec y Santo Domingo Yosoñama, por lo que pedirán la intervención de la Secretaría de Gobernación para lograr la liberación de 25 personas que siguen secuestradas por autoridades y habitantes de Mixtepec.
En entrevista, recalcó que los militantes de esa organización de ninguna manera recurrirán a la violencia y que las autoridades deben castigar a los responsables de los delitos de secuestro y por el asesinato de un campesino de Buena Vista.
Acusó que el magistrado 46 del Tribunal Unitario Agrario de Huajuapan, actuó de manera “irresponsable e irracional”, al resolver a favor de Mixtepec en la disputa por mil 800 hectáreas de tierras, porque no tomó en cuenta las posesiones de Yosoñama, “lo que valió fue el recurso de San Juan Mixtepec que tuvo que financiar al magistrado, no actuó con apego a derecho”.
Dijo que tienen un censo de mil 450 comuneros, de los cuales 960 están en posesión de las tierras en la zona de conflicto y los que quedaron del lado de Mixtepec, son unos 560 habitantes, “tienen sus ranchos, casas y viven ahí y desde el sábado salieron y se concentraron aquí”.
Enfatizó que Mixtepec debe liberar primero a los 25 secuestrados, “no podemos negociar con delincuentes que tiene gente enferma y que tienen gente secuestrada y que asesinaron a nuestros compañeros. Primero que se castigue y luego nos sentamos a negociar, creo que por un pedazo de tierra no nos vamos a seguir matando, y la prueba es que los comuneros de Yosoñama nos hemos mantenido en calma y buscando la paz y hemos pedido que el gobierno intervenga”.
Cruz José indicó que hay varias formas para resolver el conflicto agrario, pero tiene que haber voluntad de ambas partes, una de ellas podría ser por el programa Cosomer de la Secretaría de la Reforma Agraria, para indemnizar a Mixtepec o a Yosoñama.
Antorcha Campesina, señaló, ha dicho no a la violencia, “los de Mixtepec sí son delincuentes y criminales, nosotros no, por eso nosotros queremos que el gobierno actué y si no tiene la capacidad de hacerlo, vamos a salir a la Ciudad de México para denunciarlo y pedir al gobierno federal y al Secretario de Gobernación que intervenga, porque el gobierno del estado ya está rebasado”.
Enfático, dijo que “de ninguna manera vamos a recurrir a la violencia, ni hoy ni nunca, porque eso engendra más violencia, la única forma de resolver los problemas es dialogando”.
Señaló que como vecinos y autoridades, Antorcha no tiene porque rescatar “a nuestras gentes porque hay autoridades que deben velar por la paz social en el estado, no por miedo, nosotros no lo vamos a hacer, ellos tiene que jugar su papel”.
Indicó que es totalmente falso que haya tiroteos o hayan bloqueado los caminos a Mixtepec, y que el del sábado no fue un enfrentamiento, “ellos tienen que aceptar que ellos agarraron a nuestra gente en desventaja, fue un asesinato con alevosía y ventaja por Mixtepec. Nuestro vecino no llevaba nada, estaba cuidando sus animales. Fuimos agredidos y las víctimas, nosotros pusimos el muerto, si fueron emboscados ¿porqué el muerto está de nuestro lado?”.
Además, añadió que Mixtepec, fue responsable de la quema del bosque, “nuestra gente fue cuatro veces a tratar de sofocar el fuego”.
A mi jefe le metieron un balazo en mero cruz en la cabeza
Buena Vista, San Juan Ñumi.- Con la voz entrecortada y a punto del llanto, Anastasio Antonio Sanjuan, hijo de Simón Antonio Santos, de 58 años, afirma que a su padre lo mataron en terrenos fuera del área de disputa con Mixtepec, “a mi jefe le metieron un balazo en mero cruz en la cabeza”.
En entrevista, dijo que el sábado se realizaba una asamblea en Buena Vista y no sabían que los de Mixtepec realizaría el brecheo, y su padre acudió a echar abono a sus parcelas “ese terreno no es de problema es de rancho dentro del pueblo, es tranquilo, no sabía yo nada”, señala con un español difícil.
“El lugar donde estábamos sembrando se llama Llano de Cebolla, tenemos mucho tiempo sembrando ahí, ya es un rancho, yo desde chico venía trabajando ese terreno. Ya tenemos todo, hay agua potable, es fuera del terreno de conflicto, ya dentro de Santo Domingo Yosoñama. Donde querían brechar es mucho más para allá, como tres o cuatro kilómetros para allá, nunca pensábamos que pasara así, porque estábamos tranquilos trabajando las tierras, tenemos rancho tenemos casas, animales y donde vinieron aquellos a matar a mi difunto jefe”, relata.
Dijo que el menor de sus hermanos fue con su padre pero no se percató de nada “estaba cuidando los animales retirado de mi papá, él escuchó el trueno y no se imaginó que ellos venían a matar a mi jefe y cuando gritaron otros niños fue cuando se acercó. Mi difunto jefe estaba en el suelo tirado y le dio miedo y se fue para atrás a gritar a la gente”.
Explicó que cuando les avisaron del ataque suspendieron la reunión “lo asesinaron con un arma, balazo, en la agencia municipal nos dimos cuenta que le metieron para acá en mero cruz en la cabeza y el otro para acá salió”.
“Por ahí cerca hirieron a las otras personas que andaban cuidando sus animales, eran chavos porque no están muy grandes, son jóvenes y fueron a cuidar sus animales, la gente de Mixtepec primero los rodearon y luego fueron a balacearon hasta a los niños, los señores”.
“Los niños que andaban cuidando los animales ahí lo gritaron, fue cuando nos dimos cuenta que de veras los vecinos de Mixtepec venían decididos a atacar a este pueblo de Santo Domingo Yosoñama, pero ellos son inocentes porque andaba indefensa, andaban trabajando en su terreno, mi difunto papa ya es de edad, de 58 años y no tenía que ver con él porque es un señor de edad. Ya después pasamos a recoger el difunto pero ya no supimos nada, cómo vinieron, no puedo mentir porque yo estuve en la reunión y no me di cuenta cómo está y cómo fue porque mi difunto jefe ya estaba muerto cuando llegué a recogerlo”, relató ante los reporteros con la voz entrecortada.
Mi hijo quiere matar
A su vez, Valentina Vásquez Cruz, una humilde mixteca, dijo que es esposa de Eliseo Cruz Hernández, de 55 años, uno de los secuestrados en Mixtepec, y señaló que su hijo, Eliseo Cruz Vásquez, quiere cobrar venganza contra sus vecinos.
Dijo que su esposo fue secuestrado cuando limpiaba sus terrenos “donde estoy sembrando, ya tiene como 12 años o más que estoy sembrando”.
Indicó que a su hijo no lo trataron bien en más de 60 días de cautiverio, “en la mañana le dieron un taquito nada más, y un bote para hacer del baño, me dijo cuando llego mi casa, no lo dejaron cambiarse ni que se cambiara de ropa, nada más en la mañana le daban de comer un taco”.
Indicó que Eliseo Cruz Vásquez “no estaba junto con su papá, no sabe dónde anda mi esposo, así dice cuando llego mi casa, creo que le pegaron, creo que si, porque ya tiene una cosa, pistola en toda mente y corazón, dice que va a matar él, dice. Mi hijo quiere matar, si pues”.
Pensamos que nos iban a matar
A su vez, Bernardita José Sántiago, esposa de Alfonso José Ventura, y madre de Andrés José José, ambos secuestrados, clama por que sean liberados, “ya no queremos que sucedan más cosas, porque los de Mixtepec, quieren más que sigan más problemas a lo mejor va a ser grande, pero no queremos que suceda más porque somos respetuoso, porque aquí están nuestras autoridades”.
Hablante de mixteco, su lengua materna, habla con dificultad en español, “ya nos dijo que no vamos a ser violentos ni pleitos, por eso nuestros compañeros de Yosoñama están muy tranquilos, calmados, aunque ellos quieren pasar la brecha mojonera pero nosotros las autoridades ya nos dijo que no vamos a hacer nada porque somos un hijo de Dios todo somos una misma humano”.
Dijo que cuando fueron secuestrados se encontraban en el monte “donde vamos sembrar frijol , ahí estábamos todos con nuestros hijos y nuestros esposos porque le íbamos llevando de comer a ello, como se está haciendo tarde, llegaron los de San Juan Mixtepec, como no supimos nada que iban estábamos apurados de trabajar y llegaron y llevaron a unos compañeros y subieron a platicar”.
Indicó que cuidaban el terreno para evitar un incendio “cuando llegaron ellos, bien armados ya no pudimos hacer nada, ya pensábamos que allí nos iban a matar, llegaron unos 400 porque eran como 60 carros y no pudimos hacer nada. Nosotros que somos mujeres asustábamos y muchas de las muchachas empezaron a llorar, unos corrieron y unos se escondieron debajo de árbol, y yo dije que no iba a esconder aunque me maten, porque nosotros por la necesidad estamos entrando ahí, hace más de 100 años desde nuestros abuelitos sembraban ahí y nosotros siempre ahí cosechamos para el sostén de nuestro casa”.
Indicó que imploraron porque no se llevarán a “mi padrino Concepción” a quien iban arrastrando, “y le dijimos deja aunque sea a este abuelito y dejaron a mi abuelito de allí tuvimos que regresar, desde allí no sabemos nada de ellos”.
Por el conflicto, señaló, ya no pudieron sembrar, “tengo cinco hijos aparte mi suegra que ya están abuelitos, somos ocho, por eso queremos que el gobierno nos haga el favor de que nuestros esposos sean liberados, porque en caso mío tengo dos hijos que están estudiando y no tengo recurso, por eso le pido un favor al gobernador que hagan caso por nuestros esposos para que sean liberados porque queremos el ayuda de ellos para que tengamos de comer”.
La humilde mujer de unos 40 años, dijo que antes de esto se veían como una familia con los de Mixtepec, “ellos venden carne son comerciantes venden aquí y sentamos un ratito a comer aunque sea un taco, le regalamos aunque sea un puñito de granito le regalamos a los de San Juan Mixtepec, por eso nosotros no llevamos ningún enemigo, porque somos amigos, no sé de dónde viene ese mal que ellos tiene que nos están haciendo así”.
Tenemos miedo de que los maten
Silvia José García dice que tiene mucho miedo que los de Mixtepec maten a su papá.
Es una joven de 18 años que tuvo que abandonar sus estudios de ingeniería en gestión empresarial, en el Tecnológico de Tlaxiaco, por la falta de recursos, y luego de que su padre, Emiliano José Reyes, de 50 años, fue secuestrado por sus vecinos.
Dijo que ese día fueron a limpiar los terrenos para que cosecharan el frijol que siembran “de ahí nos sostenemos año con año, yo estoy estudiando pero ya no pude seguir por el problema, estaba en el tecnológico pero ya no alcanzaba el dinero para que yo regresara a estudiar”.
“A todos nos afectó mucho porque todo el tiempo nuestros papás estaban aquí con nosotros casi nos cuidaban trabajaban para que toda la familia tuviera qué comer, pero como ya no están ahorita todos estamos mal, ya casi todas las personas están enfermas por la preocupación”, señala.
Joven bajita de estatura, por la mala alimentación y la pobreza endémica de la zona, explicó que son cinco hermanos y todos están trabajando, “yo después de la escuela me puse a trabajar un mes allí pero me regresé acá. Nos están regalando algunas personas alimentos, de la misma comunidad y de los poblados que están cerca”.
Dijo que “no es posible que sucedan estas cosas hoy en nuestros días, ya que hay leyes y normas que nos rigen, para que esas cosas suceden hoy en nuestro estado. A las personas de Mixtepec les diría que por favor suelten a nuestros familiares ya que estamos todos muy preocupados por la situación, ya que a ellos no les gustaría que les sucediera eso”.
La joven señala que viven con un temor permanente de ser nuevamente atacados, “tenemos mucho miedo, que los maten. Yo diría que nosotros sí tenemos la necesidad de cultivar esos terrenos porque llevamos más de 150 años cultivando allí, y los de Mixtepec, diría que no tienen la necesidad porque casi no se paran por allá para cultivar o limpiar”.
¿Qué mensaje le darías a tu papá?
.Que tenemos fe en que Dios lo va a cuidar y que algún día estará con nosotros y que lo queremos mucho.
Nada más escuché los balazos
Félix José Antonio, uno de los campesinos que resultó herido con un balazo en la pierna derecha, informó que se encontraba cuidando sus chivos en Llano de Cebolla cuando escuchó al menos unos 20 disparos y de inmediato sintió el impacto.
“Me metí en medio de los árboles y sentí que me tocó y bajé a una barranca en Llano de Cebolla. Estaba solo, en una loma y hay un chingo de ocotales. No alcancé a ver armas, ni vi cara, nada más ruido de balazos porque es cerro, escuche unos 20 disparos”.
Dijo que estuvo escondido cerca de media hora, y salió cuando escuchó “los auxilios de vecinos y autoridad, y ya me llevaron a la clínica. Tuvieron una asamblea y yo quede cuidar chivos, creo que niños fueron que avisaron”, relata todavía asombrado de haber salvado la vida.
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